Artículo en colaboración con Hanniya Abid (Universidad COMSATS, Islamabad),* publicado en
Blue Chip Magazine, 8:89, marzo-abril 2012, pp. 18-22 (
versión original).
Mariano Akerman nace en Buenos Aires en 1963. Hoy arquitecto e historiador del arte, él es también un artista multidisciplinario. En entrevista exclusiva Mariano ha compartido algunos de sus pensamientos acerca del arte y la vida. Según él, el artista plástico no debe ser actualmente esclavo ninguno de la realidad. En efecto, "hoy hace falta crear una realidad mejor y no sólo imitar la ya existente." Mariano nos recuerda las palabras de Antoine de Saint-Exupéry, "sólo con el corazón se ve bien; lo esencial es invisible." Convencido está de que la apariencia ninguna esencia es, sino un mero accesorio." Y es por eso que desde hace ya considerable tiempo eligió no ser un pintor de apariencias.
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El pintor con algunas de sus obras de pequeño formato, Islamabad, 2010 |
Durante los años '60 y '70 Mariano asistió a las clases de arte que daba su tía Moroca en el Taller Piruetas. Como pintora,
Moroca favorecía toda actitud de corte surreal. Enseñaba ella el arte del automatismo y estimulaba la libre asociación de ideas en sus estudiantes. Maestra generosa, Moroca solía compartir sus témperas y pinceles con su sobrino. Moroca poseía una biblioteca bastante completa en materia de arte y a menudo prestaba a Mariano ciertos textos; entre ellos una biografía ilustrada de Miguel Ángel, la
Pintura Moderna de Julio Payró y los
Fundamentos del diseño (Design Fundamentals) formulados por RW Scott. Por sobre todas las cosas, y en lo concerniente al arte, Moroca promovía la exploración. A pedido Mariano llegó incluso a enseñar Historia del arte y Psicología de la Gestalt en su taller bonaerense. Significativamente, fue también Moroca quien introdujo la obra temprana de Mariano en Casa de la Pintura Argentina (1984) y subsecuentemente propició su primera exposición individual en la Galería RG (Rodríguez-Gervasi) en el Arte (1986).
La pasión de Mariano por los libros tiene lugar ya desde su temprana infancia. Inicialmente se interesó por las ilustraciones de
El tesoro de la juventud (enciclopedia de 20 volúmenes, c.1947), especialmente por "algunos personajes insólitos" cuyo origen último puede hallarse en la obra de Lewis Carroll (
Alicia en el País de las Maravillas, 1865).
Otra influencia importante fue el
Diccionario de Arte Moderno. Una de las imágenes ilustrando ese volumen es la misteriosa
Intriga pintada por James Ensor en 1890. Sus extrañas figuras portan máscaras de rasgos exagerados en las que prevalece la deformidad e insinúan su bastante incierta intencionalidad. En 1967 Mariano garabateó tal ilustración, cosa que testimonia el hecho de que no le era indiferente y también su deseo de neutralizar aquello que años después habría de entender como una "mascarada grotesca." En efecto, Lo Grotesco puede ser expresado en términos que involucran el exceso o bien la falta o carencia de determinados atributos. Aún siendo niño, Mariano Akerman percibió ya la "incompleta" condición de la simplificada
Joven Inglesa que Henri Matisse pintara en 1947 y no dudó en agregarle todo aquello que supuso ella hubiese deseado tener: ojos, naríz, boca, incluso cejas.
Dado su desempeño en una Justa del Saber organizada por Reader’s Digest, Mariano obtuvo, a los once años de edad, un libro dedicado a lo extraño, lo increíble y lo extraordinario. Dicho volumen tuvo un efecto importante sobre el joven lector y, en cierto sentido, lo transportó del campo de la realidad al dominio de lo imaginario, que es donde él a menudo llegaría a sentirse más a gusto. Otro estímulo para la sensibilidad creativa del joven Mariano fue un volumen sobre la temprana pintura neerlandesa donde pueden observarse las
sorprendentes configuraciones de El Bosco.
Cuando adolescente, Mariano solía desayunar con su abuelo en una cafetería cerca de su hogar una vez por semana. Luego del desayuno, el anciano le regalaba un fascículo de la
Enciclopedia Salvat del Estudiante (1981-82), estando el mismo provisto de abundantes ilustraciones. Fue en esa colección que, a la temprana edad de 14 años, Mariano descubrió las
desfiguradas figuras de Francis Bacon.
En medio de una Argentina caracterizada por el autoritarismo y la represión, Mariano tuvo a la señora Iglesias como profesora de plástica en el Colegio Nacional DF Sarmiento. De un modo inusual para esa época, ella instruía a los alumnos estimulándolos a expresarse libremente. En cierta oportunidad dicha profesora trajo varias reproducciones de pinturas famosas y le pidió a cada estudiante que eligiese aquella que más le interesaba para luego interpretarla a su manera. Para un adolescente la expresión "a su manera" bien podría haber sido un problema, mas no fue ese el caso. Mariano eligió
Psyque recibiendo el Primer Beso de Eros (François Gérard, 1798), ya que en dicha imagen percibió "alguna especie de ternura." Luego pintó a la pareja de seres mitológicos en términos deliberadamente surreales. Conocida como
Nada de Bésame Mucho, la pintura resultante fue seleccionada y exhibida en el Ministerio de Educación, donde, contrariamente a toda predicción posible, llegó a ser muy apreciada.
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Nada de bésame mucho, témpera, 1979 |
El ejercicio de la profesora Iglesias le brindó a Mariano una excelente oportunidad para activar su imaginación. Mientras buscaba "su manera" de reelaborar la imagen de Gérard, Mariano adquirió un libro en inglés titulado
Surrealism. Aunque su comprensión de la lengua inglesa era entonces limitada, ello no disminuyó en lo absoluto su atracción por la obra de Salvador Dalí, René Magritte, Joan Miró, Max Ernst e
Yves Tanguy.
En 1979, Mariano participó en un concurso de arte para jóvenes que se llevó a cabo en el Cantegril Club de Punta del Este, Uruguay, donde obtuvo un premio en dibujo.
Una visita a casa de mi tía Moroca fue el título de su colorida propuesta, afín al Surrealismo. Su siguiente trabajo,
Velada rococó en casa de una princesa medieval, involucra una imagen en la que se funden la abstracción y lo imaginario. Es entonces que el crítico de arte Bernardo Graiver escribía que Mariano Akerman "se distancia de las preocupaciones banales para sugerir experiencias inesperadas: aquellas propias del creador empírico-reflexivo."
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Cristalino, Primer movimiento, témpera, 1985-86 |
Transformaciones de fibras y cuentos dulces fue la primera exposición individual de Mariano y tuvo lugar en la Galería RG en el Arte en marzo de 1986. La muestra incluía una gran témpera titulada
Cristalino y otros imaginativos trabajos, parte de ellos concebidos como técnica mixta. Por aquel entonces Mariano estudiaba arquitectura en la Universidad de Belgrano, en Buenos Aires, donde completó sus estudios con un proyecto de graduación en 1987. Habiendo detectado en su obra plástica "un mensaje vital," la crítica de arte Monique Sasegur escribió: "una primera aproximación nos habla de un dibujante que maneja la línea, el color y el espacio seguro de lo que quiere. Si buscamos una estructura formal en la obra, salta a la vista. Pero, también, hallamos una fundamentación temática muy fuerte. La obra de este artista posee un interesante mensaje vital. Aquí lo simple no descarta lo profundo. Las ondulantes formas de lo natural. Lo vegetal, lo animal y la excelencia siempre de la figura humana. Ésta a veces mimetizada en otra forma viviente [confirman como conjunto tal idea]. La formación teórica de Akerman descansa en su carrera de arquitecto, todo lo demás en él es vivencia que volcará en su obra. La técnica lo lleva a una actitud preciosista y a veces irreverente: témperas, marcadores, lápiz color, collage, tintas y todo el instrumental arquitectónico, logran el efecto buscado. Uno de los objetivos es la activa participación del espectador que sólo puede entrar en el juego plástico si suma su cuota de imaginación y fantasía. Así, los ojos picarescos de los personajes se unen a la divertida mirada del testigo, que debe decidir cuál es la figura o dónde está el fondo. ¿Pero se mezclan? ¿Muy oriental o muy decorativo? Se diría ornamental, plástico y poderosamente esperanzado" (
La actualidad en el arte)
Mariano presentó una segunda muestra individual en la Facultad de Estudios para Graduados de la Universidad de Belgrano (1988). Titulada
De cáscara y contenido, dicha exposición sugería la artística noción que introduce a la forma y al contenido de la obra de arte como inextricables. Semejante idea es consistente con la visión de Oscar Wilde, quien alguna vez definió al arte como simultaneidad de superficie y símbolo. En el catálogo de la exposición Akerman citó las palabras de André Maurois: "El arte brinda al espíritu aquello que el mundo le niega—la unión de la contemplación y la paz." Según René Olivieri, de las acuarelas y dibujos exhibidos por Mariano Akerman emanaba cierta "voluptuosidad inusual" y también "enigmas oníricos," a los que el poeta describía entonces como "la belleza misma, desplegada en una floración exuberante."
La tercera exposición individual de Mariano,
Diez pinceles por aguas profundas, fue inaugurada en la Fundación Cultural Bank of Boston en 1989.
Tres a la ventana, una de las pinturas exhibidas, fue entendida por la crítica de arte Teresita Pociello como un cuadro cuya estructura móvil evocaba a la obra de Miró. Pero, según ella, el impacto de la pintura de Mariano es “americanista,” ya que epitomiza las cualidades imaginarias "típicas del continente americano" (
Óleo y Mármol).
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Tres a la ventana, acuarela, témpera y tinta china, 1989 |
Ya se esté de acuerdo o no con las ideas de Pociello, lo cierto es que
Tres a la ventana tiene su inspiración en fuentes transatlánticas tales como los
imaginarios personajes de Carroll y los
Tres estudios para figuras al pie de una crucifixión, pintados por Bacon en 1944 y descubiertos por Akerman a través de un catálogo de la Tate Gallery de Londres de principios de los años '80. Sin embargo, el tríptico de Bacon transmite angustia, mientras que el cuadro de Akerman comunica esperanza. Es por ello que, como nota Zulema Vaini, el mensaje este último encuentra expresión en imágenes selectas que proveen a la obra de arte con "el misterioso encanto de las cosas raramente percibidas por el ojo humano."
La muestra
Diez pinceles por aguas profundas fue inaugurada con palabras de la escritora Bettina Sandrini: "hay en la obra de Mariano una línea precisa y delicada. Cuando pinta formas y detalles, su riqueza interior es expresada en términos de alegría. Así, sus personajes sueñan y crecen bajo cielos especialmente creados por él con el propósito de comunicar el mundo mejor al que aspira. A través de su paciente destilar, Mariano innova en las artes plásticas."
Tal innovación tiene que ver con el uso que Mariano hace de lo imaginario. Como observa Giordano Bruno, "la imagen ficticia conlleva una verdad que le es propia." Esto es válido para las pinturas de Mariano donde un cierto simbolismo se halla por cierto presente. No obstante, el artista no siempre está dispuesto a discutir tal aspecto de su obra. “A veces,” comenta, “hablar del trabajo propio es tan necesario como la danza lo es a la arquitectura.” Incluso un árbol florido posee algunas de sus partes sepultadas bajo la corteza terrestre.
Escribiendo desde el
Museo Nacional de Bellas Artes, en Argentina, Jorgelina Orfila indica que "con una mano segura y un dibujo ajustado, una imaginación prolífica se cristaliza en el trabajo de Mariano Akerman. Sus conocimientos técnicos se entremezclan con una profunda introspección y un deseo casi obsesivo de trascender lo formal y expresar profundos significados."
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Microcosmos, collage, 1991, 2005 |
Mariano Akerman ha exhibido su obra plástica en muestras individuales o colectivas en Argentina, España, Japón, Filipinas, Suecia y Pakistán. Ha recibido doce premios internacionales. Actualmente se expresa a través de técnicas a base de agua tales como la témpera y las acuarelas. Le gusta dibujar y hacer collages, así como también bocetos y diseños. En términos técnicos, Mariano usa los pinceles a su manera y según su propio estilo, dejando a veces de lado tanto lo tradicional como lo convencional, cosa que hace de modo consciente. Si bien valora la creatividad y la inventiva, el pintor también reconoce que el pasado estará siempre presente en su imaginería. Sus palabras no son una sorpresa, dado que el pintor es también historiador del arte.
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El pintor como conferencista e historiador del arte
Embajada de Suiza, Islamabad, 2011 |
El estilo pictórico de Mariano es intrincado, preciso, fuertemente simbólico y totalmente personal. En principio, dados sus colores y texturas, los cuadros de Mariano sugieren un mundo de fantasía, aunque una inspección cuidadosa de los mismos tiende a revelar in interés vital respecto a experiencias y eventos indudablemente reales. Algunos críticos consideran que el desarrollo de Mariano como pintor no es un asunto de cambio estilístico dramático ninguno, sino uno de refinamiento técnico. A otros los impresiona su sensibilidad respecto a los frutos de una gran variedad de culturas, lo cual podría ser un reflejo de su formación intelectual y experiencia vivida. Así, la sensibilidad se combina con una habilidad para comprender las sociedades y tradiciones culturales más diversas.
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Cómo te quiero, acuarela y técnica mixta, 1989 |
Residente por más de veinte años en Asia, Mariano se ve a sí mismo como un puente entre culturas. Viviendo actualmente en Pakistán, se interesa por el arte y la educación. Con entusiasmo se refiere a los patrones que rigen el
diseño textil y la decoración del
actual medio de transporte de la región, considerando que los camiones locales son "poderosos elefantes modernos."
Refiriéndose a su primera visita a
Lok Virsa, que fue su introducción a la cultura pakistaní, Mariano recuerda que "fue una gran experiencia y me impresionó particularmente por su carácter multi-tradicional."
Hablando de su experiencia en Pakistán, Mariano dice en ningún momento se sintió extranjero en el país. Le gusta su naturaleza, que le transmite paz. Aprecia la variedad de las estaciones. Y al considerar la situación política en Pakistán, Mariano rechaza que se rotule al país en términos de "problemático," dado que "cosas buenas y malas ocurren por todas partes en estos días." Mariano la vida. Defiende la idea que un diálogo entre la tradición y la modernización es necesario y a su vez posible. Como artista, descalifica la noción de un mundo sin diversidad. "Imagínese si el mundo fuese completamente uniforme. ¿Le gustaría vivir en un lugar todo el mundo se ve igual, hace exactamente las mismas cosas, habla solamente una lengua y siempre piensa en las mismas cosas? Incluso los más ardientes defensores del desarrollo tecnológico reconocerían que semejante mundo no sería sino triste y aburrido. Se trataría de una catástrofe, del triunfo de la mediocridad. Hay valor en la diversidad cultural. Dios creó un mundo basado en el principio de la diversidad, y no la uniformidad. Contemple usted simplemente la naturaleza por algún tiempo. Hay variedad por todas partes."
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La profesora Hanniya Abid dirige y coordina el Departamento de Administración Empresarial y Comunicaciones de la Universidad COMSATS en Islamabad, Pakistán.